martes, marzo 10, 2009

Yo en unos años "ja" "ja" "ja"

“Me equivoqué al estudiar Ingeniería Informática”

pobrecito hablador nos cuenta: «Si, me equivoqué, lo reconozco. Es la primera vez que escribo en esta web y lo hago más que nada para desahogarme y para ver si de paso puedo ayudar a alguien para que no cometa los mismo errores que cometí yo. Comenzaré por el principio. Tuve mi primer ordenador a los 13 años (maldito regalo) un Amstrad CPC 128Kb con pantalla monocromo, todo un lujo para la época. Pasaba horas y horas con él, en aquellos tiempos no había internet y todo lo que podía hacer era jugar o programar con el “basic” que traía incorporado en su puñetera memoria ROM». A continuación el texto -algo largo-. No me extraña que haya tantos desertores de la informática -y tanto teleco o físico metido a informático.

«Pasaron los años y crecí con la maldita máquina que en aquellos tiempos era toda una diversión. Mi curiosidad era extrema, me aprendí de memoria el condenado libro de 500 páginas que traía el aparatito, en donde se enseñaba a programar en “basic”, y poco más. Ni siquiera tenía sistema operativo, el condenado engendro arrancaba con el interprete de “basic”.

» Me preguntaba como algunos juegos que me compraba no estaba escritos en “basic” sino que venían en un extraño fichero ilegible cuyo nombre acababa en exe. Que cosa más extraña. Además esos juegos se ejecutaban más rápido que los programitas que yo hacía con el “basic”. Me compré revistas sobre el tema y…bingo!…eran un fichero ejecutable. Mi curiosidad se disparó, quería un nuevo ordenador más rápido y quería un compilador de lenguaje C. Quería hacer cosas profesionales, convertirme en un verdadero hacker de la informática. A esto ayudaba el montón de películas de hackers adolescentes (como yo en aquella época), que empezaron a salir a la palestra por aquella época. Recuerdo una que me marcó mucho. Se titulaba “Juegos de Guerra”, protagonizada por Mathew Broderik. La peliculita iba de un chaval “hacker” de poco más de 16 años que ponía en jaque al gobierno americano desde el ordenador de su habitación. En aquella época yo quería ser como él. Tenía muchos pájaros en la cabeza.

» Ya con 15 años tuve acceso a un imponente 8086, 640 KB, pantalla color, uff, vaya máquina. Y yo con mi compilador en C que me compré por correo. Me hice todo un experto en C, C++, gracias a los libros que venían con el compilador, que dicho sea de paso me costó una pasta (nadie me lo copió…). Tenía yo 17 años cuando estaba acabando COU (Curso de Orientación Universitaria, para los jovenzuelos que no sepan lo que es), corría el año 1992, las olimpiadas y la Expo de Sevilla. En aquellos tiempos ya era todo un “viciado” de la informática. Y me pregunté ¿Qué voy a hacer?. ¡Quiero estudiar informática! Allí me enseñarán todos los secretos que ahora no se (no había internet), me convertiré en hacker y ganaré mucho dinero. Que equivocado estaba….

» Aprobé, por poco, la selectividad y entré. ¡Estoy dentro! ¡Lo conseguí! No cantes victoria, insensato, eso me diría a mi mismo si pudiera volver al pasado. Pero no puedo. Bueno, comencé el primer año con un entusiasmo desbordante, aprobé todas las asignaturas y creo recordar en una o dos saqué matrícula de honor. Pensaba que esos conocimientos me serían muy útiles. Por aquella época, 1994, ya comenzaba a implantarse internet en la universidad pero a muy baja escala. Casi todos los aprendices de hackers iban cargados de disketes a la universidad para llenarlos de fotos guarras, aprovechando que allí había acceso por internet a algunos foros y news que colgaban dicho material. Si es que…lo primero es lo primero….Al poco tiempo internet comenzó a estar accesible en los hogares con los modems de poquitos baudios a través de la línea telefónica pero pocos se lo podían permitir.

» Lo primero que noté en mi primer año de Ingeniería Técnica Informática (más tarde me pasaría a la superior) fue la total y absoluta ausencia del sexo femenino en mi puñetera facultad. Eso fue muy duro para mi, pero mi vocación era entonces lo más importante. Las clases se hacían eternas, aquello era el servicio militar, ni una mujer, y las pocas que habían no sabias si realmente lo eran o no. Que conste que he conocido a chicas muy guapas durante la carrera pero la mayoría eran trolls disfrazados de veintiañeras. Supongo que para ellas sería el paraíso, pues estaban muy solicitadas, no es de extrañar, con un ejercito de “futuros hackers” con las hormonas a flor de piel. Para mi no fue el paraíso, fue algo muy duro. Menos mal que existía la biblioteca de la universidad y allí si que había material, umm, jeje. Bueno, dejando a parte el tema de las mujeres, volvamos al tema que nos importa ahora. No solo lo pase mal por esta cuestión sino porque me di cuenta, ya debería ir por el tercer año cuando noté esto, que me estaba volviendo muy, muy introvertido.

» Esto lo notaba en que cuando pasaba dos o tres horas delante de la pantalla, si venía alguien a hablar conmigo o yo tenía que hablar con alguien, me notaba muy nervioso. Eso también me pasaba en mi casa, era como que estar con el ordenador me desconectaba del mundo y luego cuando volvía a este me encontraba con que no reaccionaba demasiado bien a las situaciones. Creo que esto lo habréis sentido la mayoría que ha programado alguna vez o que pasa mucho tiempo frente a la pantalla del puñetero ordenador. Otra cosa que no soportaba ya por aquella época era la puta manía que tienen los ordenadores de dar fallos inexplicables, eso me volvía loco, me pasaba horas y horas, incluso durmiendo, pensando en el puto problema de ayer y que podría haber sido, era insoportable. Además tenía la mala costumbre de querer programar por mi cuenta y hacer pequeños proyectos, sobre todo de gráficos y juegos, que me quitaban mucho tiempo y que a veces me volvían loco con su putos errores.


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