Saber de que vives y tus historias, es algo que no me interesa. Estoy feliz imaginándote como un duende que vaga contando historias y comiendo de la providencia.
Feliz en tu mundo mágico de víboras de dos cabezas, placitas apartadas, recuerdos perdidos, medias sin su par y mates con amigos.
Me olvido de este mundo y empiezo a divagar, con colores olvidados y viejitos felices de estar nada más, y pienso, en aquellos que han sido olvidados en plazas que al soñar crean un mundo nuevo, un colage del pasado y metas nunca complicas, y me doy cuenta yo soy el, sin los años, menos pasado, ninguna historia, pero aun así olvidado en una placita viviendo en mi mundo fantasma.
Por alguna particular razón que no entiendo este post me hace acordarme de mi hermanito.
3 comentarios:
"Mire mocito:
Primero y principal, trapos son los viejos. Y además, no le permito...."
Bueno, en realidad sí le permito, no puedo no permitirle y no puedo emocionarme. Pero me apresuro a objetar el tono de nostalgia. No tengo intenciones de recular ni pa´ tomar carrera, y no dudo en cantarte un vale cuatro con tres sotas.
Pero sobre todo, por suerte --y a pesar de que a veces se me da por hacerme el interesante-- no estoy solo. Y eso es más que suficiente para seguir viendo el futuro en technicolor furioso y brillante.
HE DICHO!
(saludos para todos)
(errata)
"Bueno, en realidad sí le permito, no puedo no permitirle y no puedo NO emocionarme." (etc.)
Quizás la emoción al escribir este post hace que recuerdes a tu hermano.
El que en unos años te parezcas a él es algo grandioso, Pancho es una GRAN, GRAN persona.
Hermosísimo lo que escribiste aquí, Migue.
A mí también me emocionaste, si por ahí hubieses hablado de una viejecita no sé qué hubiera sentido, ja, ja.
Abrazos y más abrazos.
Alicia
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